viernes, 29 de mayo de 2009

ORIGEN DEL VIOLONCELLO

Origen:
Códice Manesse (1305-1340), donde muestra una viola da braccio

Al contrario de lo que se suele pensar, los precursores del violonchelo aparecieron en la primera mitad del siglo XVII en Italia no como descendientes de la viola de gamba (‘viola de pierna’), sino que pertenecen a la familia de los violines, y nacieron (como los contrabajos) de la viola da braccio (‘viola de brazo’), hacia el 1530, apenas unos años después que el violín. Para la fabricación de estos nuevos instrumentos, usaron características de otros, como el rabel, aunque éste sólo tenía tres cuerdas. Está demostrado, además, que no tuvo nada que ver con la familia de las antiguas violas (como la viola da gamba, por ejemplo), ni en la construcción, ni en la técnica, ni en la interpretación.
En la primera época, había más instrumentos similares al violonchelo, como por ejemplo el violón, que se usaba como bajo continuo. Además, había otros como violonzino o basset, que pertenecerían a la misma familia pero se interpretarían de distintas maneras o tendrían otros tamaños o número de cuerdas distinto. También existía la viola d’amore (viola de amor), por ejemplo, cuyo origen es distinto pero que recuerda al violonchelo en cuanto a su interpretación (con arco) y a su sujeción. Al principio se sostenía sujetándolo con una cuerda a la cintura, o bien sobre el hombro (da espalla), o bien entre las rodillas o en el suelo. Había muchos tipos distintos de violonchelos, desde los tenor, a otros de tamaños mayores, con distintas tesituras y diferentes formas de sujeción.
Primeras modificaciones
En el siglo XVII fueron luthiers italianos, como los Maggini, los Amati (de Cremona, uno de los más antiguos que se conoce es una creación de Andrea Amati, de 1572, llamado El rey, en honor al rey Carlos IX de Francia, y que cuenta con motivos reales, y que es muy similar a los violonchelos actuales) o Gasparo da Salò (de Brescia) quienes fueron variando la forma y tamaño de los antiguos violonchelos.

El violonchelo barroco y una viola de gamba, del Museo de la Música de París
Muchos de estos violonchelos eran meramente decorativos, como algunos que todavía se conservan (como los de Amati), pero la mayoría de ellos estaban construidos para ser usados. A principios del siglo XVIII, Stradivarius normalizó su tamaño, y lo cambió de 80 a 76 cm, muy similar a la talla actual. En la actualidad los violonchelos de Stradivarius son de los más caros que existen, y ya en su propia época, es posible que los fabricantes de violines que también fabricaban violonchelos ganaran mucho más dinero con la construcción de estos instrumentos que con los violines.
Como muestra de su rápida popularidad, en 1680 ya estaba incluido como instrumento fijo en la Orquesta Imperial de Viena y en 1709, la Orquesta Sinfónica de Dresde ya tenía cuatro violonchelos. Las primeras obras creadas específicamente para violonchelo, fueron de Doménico Gabrieli y de Giuseppe Maria Jacchini (c. 1663-1727) hacia 1689.
Durante sus primeros años, hasta la primera mitad del siglo XVIII, estuvo compitiendo por el repertorio con la viola da gamba, ya que tenían un timbre similar y se usaban sobre todo como bajo continuo. Algunos de los grandes compositores de la época, como Marin Marais o Henry Purcell, se negaron a emplear el nuevo violonchelo, usando en su lugar la viola da gamba y escribiendo expresamente en las partituras que la interpretación debería de ser para este instrumento.



Barroco


Preludio de la Suite n.º 1 para violonchelo solo en sol mayor, de Bach


El apogeo del violonchelo comienza durante el barroco. Muchos compositores lo usan de manera recurrente como bajo continuo de las obras, junto con el clavecín, y ya se empieza a usar para agrupaciones más pequeñas, dúos, tríos y cuartetos.
A Johann Sebastian Bach se le ha atribuido por mucho tiempo la poco verificable creación de la viola pomposa (también llamada viola di fagotto o "violoncello piccolo da spalla" [violonchelo pequeño de hombro], usada por Bach para sus Cantatas de Leipzig), que en su versión de cinco cuerdas sirve para interpretar su Suite para violonchelo solo n.º 6. Este violoncello piccolo da spalla se creó para que fuera interpretado por violinistas (poco expertos en la interpretación da gamba, con el instrumento en vertical y sujeto entre las piernas) ya que se interpretaba colocado sobre el hombro y el pecho, y tenía un tamaño mayor al de la viola actual. Algunos investigadores creen que las 6 suites para violonchelo solo en realidad estuvieron creadas para este instrumento.
Vivaldi ya compuso 27 conciertos para violonchelo, y en la segunda mitad del siglo XVIII Luigi Boccherini, que además era violonchelista virtuoso, dedicó 12 conciertos a este instrumento.
Con la gran popularidad que tuvo como bajo continuo, acabó por desplazar totalmente en este período a la viola da gamba, y se consolidó como instrumento recurrente en las agrupaciones de cámara.

El violonchelo barroco

El violonchelo que se usó en toda esta época, se llama violonchelo barroco, y es prácticamente idéntico al violonchelo moderno. Todavía se conservan muchos ejemplares de este tipo de violonchelo y además se siguen fabricando, ya que los músicos que interpretan obras barrocas consideran que la sonoridad de estos instrumentos es mucho más adecuada para este tipo de música. El violonchelo barroco no tenía pica, la varilla metálica que tiene los violonchelos modernos para sujetarlo al suelo, que resulta mucho más cómodo para dejar a la mano izquierda la libertad suficiente para las complicaciones técnicas de las obras posteriores al barroco. Esto pasaba porque al estar sujetando el violonchelo con las piernas y con la mano izquierda, la que crea los distintos sonidos al apretar las cuerdas sobre el mástil, aumentaba la tensión en esta mano y disminuía la agilidad de los dedos. Además, en esta época se usaban cuerdas de tripa, no las cuerdas metálicas que se usan ahora, que le daban una sonoridad completamente distinta. El la de los instrumentos barrocos estaba afinado en 415 Hz en lugar de los 440 Hz de la actualidad, debido en parte por esas cuerdas no metálicas y por la menor tensión que sufrían éstas. El puente era algo más bajo y la curvatura de su parte superior era menor, el cuello era más robusto y el mástil tenía menor inclinación y era más corto. Además, el bastidor del interior era más pequeño. Este violonchelo barroco hacía que el sonido se proyectara menos.

En este periodo, Hayd y Beethoven fueron dos de los grandes compositores que ensalzaron la figura del violonchelo y compusieron gran número de obras para él, ya como instrumento solista. Además, el violonchelo se consolidó como pieza fundamental, como bajo, en la inmensa mayoría de cuartetos y tríos compuestos en esta época, y fue utilizado por prácticamente todos los compositores.
A partir del año 1800 es cuando se empezaron a hacer todos los cambios físicos que dieron como resultado el violonchelo moderno. En esta época, se cambiaron las pequeñas salas de cámara por grandes salas de conciertos y teatros de la ópera. El violonchelo tenía ya un gran repertorio como solista, y necesitaba que se proyectara más el sonido para que se escuchara sin problemas por encima del resto de la orquesta de manera más definida y que llegara a un público mucho más numeroso que en épocas anteriores.

Romanticismo
Ya en el siglo XIX es cuando se introduce una de las mayores características del violonchelo moderno, la pica. Al principio, ésta era de madera, y fija, pero permitió que el violonchelista alcanzase una técnica virtuosística que sin el apoyo de la pica era más complicado, con lo que las obras para violonchelo también se hicieron cada vez más complejas.
El romanticismo musical se puede considerar la Edad de Oro del violonchelo. Schumann, Brahms, Dvořák o Mendelssohn compusieron conciertos para violonchelo y orquesta, y con el establecimiento de la orquesta sinfónica, el violonchelo definitivamente se convirtió en el tercer instrumento más numeroso, después del violín y de la viola.

Durante el siglo XX, se siguió componiendo mucha música para violonchelo, con compositores como Ravel, Debussy o Shostakovich. Además, a partir de los años veinte, el violonchelista catalán Pau Casals consigue, con su nueva puesta en escena de las Suites para violonchelo de Bach, devolver al violonchelo a una posición privilegiada. Aparecieron grandes intérpretes como Rostropovich o Jacqueline du Pré, así como Anner Blysma con su violonchelo barroco.
Desde el siglo XX, las mujeres comienzan a ser intérpretes de violonchelo, cosa que no había ocurrido anteriormente. Durante mucho tiempo, solo las mujeres de clase alta podían tener acceso a los instrumentos musicales, y no estaba bien visto por la sociedad la postura de sujeción del violonchelo, entre las piernas, considerándola poco aristocrática. Existe documentación de otro tipo de posturas adoptadas por algunas mujeres violonchelistas, sujetando el instrumento de lado. A esto se sumó los prejuicios que existían contra las mujeres instrumentistas. Pero ya desde los años veinte aparecen mujeres violonchelistas aplaudidas y valoradas, como Guilhermina Suggia o Raya Garbousova.
En los años noventa se utiliza el violonchelo además para música pop, rock e incluso heavy metal, como el grupo finlandés Apocalyptica, con sus tres (antes cuatro) violonchelos, y con la aparición del violonchelo eléctrico.

jueves, 28 de mayo de 2009

Concierto para violoncello y orquesta en Do Mayor de Haydn

Con sus movimientos “Moderato – Adagio - Allegro” el concierto para violoncello probablemente haya sido compuesto en 1761 o 1762 y estrenado por el violoncellista Joseph Franz Weigl con la orquesta de Esterházy en Eisenstadt, Austria.

Hasta hace relativamente poco tiempo se creyó que Haydn [compositor de incontables sinfonías, cuartetos para cuerdas y sonatas para piano] había producido sólo un puñado de conciertos. Desde la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, se han descubierto casi dos docenas de conciertos más. El Concierto para Violoncello en Do mayor es una de esas obras.En 1761 Haydn dejó atrás diez años de trabajo como compositor independiente para entrar en la corte del príncipe Anton Esterházy, donde permaneció durante alrededor de tres décadas. El príncipe empleaba una orquesta residente que era considerada grande: inicialmente tenía 11 intérpretes adicionales del personal militar del príncipe y de las iglesias locales. Aprovechando estos recursos y el entusiasmo del príncipe por la música, Haydn aumentó el número de la orquesta a 28 intérpretes de instrumentos, que incluían pares de flautas, oboes, fagotes, trompetas e intérpretes de corno.Haydn se sintió impresionado por la calidad de los músicos de Esterházy y comenzó a componer conciertos para ellos. El concierto para cello en Do fue una de las primeras de esas obras. Él la escribió para Joseph Franz Weigl, un violoncellista y compositor empleado en la “Esterháza” entre 1761 y 1769.En algún momento una copia del concierto llegó a la biblioteca del conde Kolowrat de Praga, a quien le gustaba coleccionar conciertos para violoncello. Tenía alrededor de 30 de ellos copiados para que los interpretara su orquesta residente. El conde, como la mayoría de los entusiastas de la música de auqellos días, se preocupaba mucho por contar con las últimas composiciones, pero jamás se le ocurrió lo importante, que era preservar la música para la posteridad. La obra no se publicó y cuando dejó de tener el atractivo de la novedad, desapareció. Todo lo que se sabía de ella era que aparecía en un catálogo de sus composiciones que Haydn comenzó en 1765. Durante dos siglos se creyó que el concierto (más posiblemente otro concierto en Do mayor para cello que también aparece en la lista del catálogo) se había extraviado. Todavía en 1937, Anthony van Hoboken, en su monumental catálogo de Haydn, lo incluyó en una lista como otra perdida. Pero de hecho, la música se había conservado en bibliotecas privadas de Praga.El otro concierto en Do jamás salió a la superficie. Su tema de la apertura, que aparece en la lista del catálogo de Haydn, es lo suficientemente parecido al del concierto que tratamos como para que los estudiosos sospechen que ambos deben haber sido versiones diferentes de la misma obra. Ninguno de los dos debe ser confundido con el Concierto para Violoncello posterior en Re mayor, compuesto en 1783 y que nunca se perdió.Después de la Segunda Guerra muchas colecciones privadas de Checoslovaquia fueron confiscadas por el gobierno y llevadas a la biblioteca nacional. Fue allí, en 1961, donde el musicólogo Oldrich Pulkert descubrió el concierto. Los estudiosos de Haydn rápidamente establecieron su autenticidad y su estreno moderno fue dado por el violoncellista Milos Sádlo y la Orquesta Sinfónica de la Radio Checoslovaca dirigida por Charles Mackerras, el 19 de Mayo de 1962.Esta obra temprana ( contemporánea de las Sinfonías 6, 7 y 8 ) ya muestra que Haydn es un maestro de la escritura instrumental. La parte del solo de cello es completamente idiomática. El concierto refleja la forma ritornello del concierto barroco así como la estructura naciente de la forma sonata-allegro. Igual que en el concerto grosso barroco, el conjunto que acompaña es pequeño: cuerdas, dos oboes y dos cornos. Es posible que Weigl fuera el único violoncellista de la orquesta Esterházy cuando Haydn compuso el concierto, ya que hay una sola línea de violoncello en la partitura, marcada alternativamente “solo” y “tutti”. Sin embargo, también hay una línea de basso continuo que pudo ser interpretada por cualquier otro violoncellista o por Haydn mismo en el clave, o por un intérprete de contabajo.El virtuosismo del solista es aprovechado tan pronto como el cello hace su entrada. Después de la introducción orquestal, el solo del instrumento interpreta el tema de la apertura con acordes plenos que utilizan las cuatro cuerdas. El virtuosismo se desarrolla aun más en el uso de notas rápidamente repetidas, la gama de agudos y los contrastes veloces del registro. Haydn confió a su solista una cadenza hacia el final del primer movimiento.En el movimiento lento (orquestado sin vientos) el violoncello hace su entrada dramáticamente con una nota larga, tocando mientras las cuerdas de la orquesta vuelven a abordar el tema de la apertura. Dos compases más tarde el cello continúa imitando esta melodía. A Haydn le gustaba este gesto: dentro del movimiento, varias veces el violoncello hace su entrada sobre una nota sostenida. Este movimiento, como el primero, requiere una cadenza hacia el final.El final airoso y cordial también hace que el violoncello entre con una nota larga, después de una introducción orquestal extensa. Tras interpretar ese tono, el cello parece quedar atrapado en el mismo y regresa a él una y otra vez. Este es un ejemplo temprano del ingenio travieso de Haydn. En este movimiento se explota el virtuosismo del instrumento solista, especialmente en los pasajes donde el violoncello alterna entre tonos bajos y altos, de modo tal que parece que dos instrumentos interpretan un contrapunto. Haydn utiliza varias veces la entrada de notas sostenidas, la última de las cuales es un Sol muy agudo y penetrante.

Que es el Violoncello?

El violonchelo es un instrumento de cuerda frotada, familia del violín. Es el bajo de la familia de los cordófonos, es decir, de los instrumentos musicales que producen sonido por vibración de cuerdas. El violonchelo es casi lo mismo que un violín en cuanto a su forma, pero es de mayor tamaño y se toca sentado manteniéndolo apoyado en el suelo usando una clavija retractil (un mástil que se extiende hacia el piso, ya que antiguamente se sostenía con las piernas). Es un instrumento de sonido inconfundible y de gran importancia en una orquesta.
El violonchelo nació un poco después que el violín en el siglo XVI. Era muy similar al actual, pero de mayor tamaño. Su popularidad fue demorosa por el hecho de que sufrió modificaciones por mucho tiempo y tenía una fuerte competencia por parte de la viola de gamba; incluso algunos músicos no querían usar el violonchelo y escribían partituras especiales sólo para la viola de gamba. Ya por el siglo XVIII sustituye a la viola de gamba y se convierte en un instrumento básico de las orquestas. En el siglo XIX estaba en su apogeo con composiciones de muchos grandes como Brahms, Dvorák y Saint-Saens. En el siglo XX comienzan a aparecer las mujeres violonchelistas; años atrás, se consideraba poco elegante e inapropiado que una mujer lo tocara debido a la posición del instrumento entre las piernas. El violonchelo se convirtió en uno de los instrumentos más importantes y hoy se utiliza incluso en el estilo metal.
Las partes del violonchelo son las mismas que las del violín, pero estamos hablando de un instrumento mucho más grande. Al igual que el violín, se compone de una caja de resonancia formada por el fondo, la tapa y los aros. Su forma es abombada y sus curvas elegantes. Sobre la tapa se encuentran las efes, que son los orificios con esa forma en cada lado. Además, se encuentra el cordal, que retiene a las cuerdas y entre las efes, el puente, que conserva las cuerdas en alto. Dentro de la caja, se encuentran la barra armónica (a lo largo de la caja) y el alma (bajo el pie derecho del puente), que son los responsables del sonido del violonchelo. El mango contiene al diapasón, que al igual que en el violín, no tiene trastes. El diapasón termina en el clavijero. Entre ambos se encuentra la cejuela, que recibe a las cuerdas para luego ser enrolladas y tensadas por las cuatro clavijas en el clavijero. Este último tiene una terminación en forma de caracol que se llama voluta.
El arco del violonchelo consiste en pelos de caballo que van tensados en una vara de madera de palo de Pernambuco. En relación al arco del violín, el de violonchelo es más grueso y más corto. Las vibraciones de las cuerdas del violonchelo se producen frotándolas con el arco; se debe hacer con más fuerza que en el violín. Como los pelos de caballo no pueden producir un buen sonido por sí solos, se les aplica resina para generar un mejor agarre en las cuerdas y obtener así una buena sonoridad.
La forma de tocar el violonchelo es sentado y apoyando el instrumento entre las rodillas y sobre una clavija retráctil. Se debe sujetar el mango con la mano izquierda y con la derecha deslizar el arco. El mástil debe quedar hacia la izquierda del cuello. Otra forma de tocarlo es con la punta de los dedos; la técnica se llama pizzicato. Considerando la primea forma, mientras de desliza el arco, con los dedos de la mano izquierda se deben presionar las cuerdas para producir distintos tonos.
Existen técnicas tanto para la mano izquierda como para la derecha. En el caso de la mano izquierda algunas técnicas son: los armónicos, que se producen al rozar la cuerda con un dedo; el vibrato, que es un movimiento ondulatorio y espontáneo de la mano izquierda que da expresividad a la nota que se está representando; y el glissando, que es un cambio de posición de un dedo que se mantiene presionando mientras se desliza el arco; eso resulta en que se tocan todas las notas entre la inicial y la final.
Entre las técnicas de la mano derecha se encuentra col legno, que es golpear las cuerdas con la madera del arco; détaché, para mover el arco emitiendo una sola nota (si se cambia de nota, no se mueve el arco); dobles cuerdas, deslizando el arco sobre dos cuerdas al mismo tiempo, logrando polifonía; legato, para tocar notas distintas en un solo deslizamiento de arco; pizzicato, pellizcando las cuerdas con los dedos; spiccato, dando pequeños saltos con el arco mientras se pasa por las cuerdas; staccato, presionando la cuerda uniformemente durante la nota; sul tasto, deslizando el arco por la parte más alejada del puente; y sul ponticello, pasando el arco lo más cerca posible del puente.
Algunos destacados violonchelistas son: Pau Casals (más conocido como Pablo Casals, considerado como el mejor interprete del violonchelo de la historia por muchos), Paul Tortelier, Mstislav Rostropovich, Jacqueline Du Pré, Lluis Claret, Yo-Yo Ma y Christine Walewska, entre otros.